Corrí hacia su mirada perdida, entre el deseo de mirar mi cuerpo desnudo y el recuerdo de su amante seguro, inmerso en su lujuria, versé:
-Podríamos, tal vez, dejarnos de formalidades y entregarnos a la locura. -Miré ceñudo como su mano se deslizaba en su pantalón. -Siento lo mismo que tu, pero a diferencia de ti, no tengo un militar en casa que se encargue de acribillar mis actos inmorales de infidelidad. -Haciendo hincapié en la ultima palabra.
Retrató su sonrisa cóncava, me miró de reojo y estacionó su mirada en mi pantalón. Su lengua se deslizaba sigilosa sobre sus labios, su mano se identificaba con su cuerpo, me dijo susurrando:
-Ya te rechacé una vez por el, no entiendo por que no soporto las ganas…-Luego miró su mano metida en el pantalón. -… de ser una indecente y hacerte cosas sucias, y es que me encanta tu sexo, me llenas de lujuria, me da placer el solo imaginar tu… -Su mirada se transportó a mi pantalón una vez mas, pero esta vez se inflaba desde adentro. Su respiración se aceleraba, con ella se abrían sus ojos, su mano se movía con la velocidad que solo un mal chisme puede alcanzar, y de la nada, un gemido como de orgasmo interrumpió su dialogo. -… Imaginar tu increíble animal sobre mi rostro, para abrazarlo, y luego, consumirlo. -Hubo un segundo de silencio mientras su mano libre acariciaba mi pantalón.
-Y así es, no puedes hacer nada, mientras yo podría, y quiero, hacerte todo. -Miré a todas partes, di un paso atrás y continué charlando con mis compañeros, ella hizo lo mismo, no estábamos solos, pero ninguno nos podía notar.
-Te quiero -Le dije. -Espero que madures y comprendas lo que sucede.
“Ínfimo es el mundo cuando dos amantes se besan
Es un devenir de mares al antojo de un cíclope
Cuando el horizonte se abre en la boca
un pequeño cenzontle me arrebata la vista
Mientras dos mundos se besan en los amantes…”
- Jhoedy Gonzalez Ruiz
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