agosto 07, 2013

YO ERA TU MISMA EXISTENCIA.

La retorica que presentan ciertas culturas sobre los eventos que anteceden los cambios de actitud son, en una descarada improvisación, subjetivas a rabiar y, a la vez, sujetadas a un sinfín de cadenas de lo que comúnmente conocemos como Ignorancia Colectiva. Una idea que presume de ser trascendental, tan buena que sobrepasa los límites del mal, y del mismo bien, como tal.

Cuan irritante el colirio del joven placebo pasado de edad que quiere convertir tu consciencia en la encrucijada del ‘nunca cambies’ y la característica más instintiva y natural de la biología que es aprender de las experiencias. Efímero fue creer que así lo fue, pues parece que ignorar la ciencia es más complaciente que vivirla. ¿Cómo puedes ‘no cambiar’ cuando te han ocurrido tantos eventos catastróficos? Es decir; no puedo concebir que Dios (mejor dicho “eso”) esté montándote pruebas a diestra y siniestra (más siniestro que diestro), sin rogar una inspiración que convenga en un cambio de actitud. ¿Para mantener intacta tu fe o para odiarla? ¿Quién gana: el que cambia o el que no cambió nunca?

¿Era necesaria tanta desdicha y desgracia, o desgracia y desdicha? Uno sobrevive como puede, así es el ser humano, una evolución, como el Venezolano. Sin embargo existen hechos que, en la penumbra; y la llamo así porque así se le debe llamar a la religión; no tienen rostro en la existencia del individuo. Así pues, se convierten en situaciones extravagantes con la excusa de ser una prueba. ¿Era realmente necesario? No se salva ni el más probo, aun cuando desde nacido, su destino era ser póstumo.


Tan sencillo como darnos cuenta del problema que significa ser humano, somos una peste después de todo. La naturaleza sobrevive a pesar de nosotros, ella sigue siendo naturaleza.

"La desdicha es diversa. La desgracia cunde multiforme sobre la tierra.
Desplegada sobre el ancho horizonte como el arco iris,
 sus colores son tan variados como los de éste
y también tan distintos y tan íntimamente unidos."

-Edgar allan Poe.