octubre 23, 2012

ERES EL ARTE QUE MÁS HE DE APRECIAR Y OTRAS DEIDADES

-Nunca estamos solos... -Me dijo sin mirarme a la cara. -Dentro de nosotros siempre estará esa persona que tanto extrañamos. -Aun sin mirarme.

-Hablas como si hubieras pasado un día entero escuchando canciones de Arjona... -Dije a manera de burla retórica. -Mírame a los ojos y dime cuanta soledad hay en ellos. Abandonados en el espacio y llenos de dolor. -Miré su sonrisa desentonada, sonreí por su belleza, pero ella seguía sin mirarme.

-No volveré a verte a los ojos. La ultima vez que los vi, aunque me duela recordar, fue el día más feliz de mi vida. -Apretaba los puños y forzaba la voz, sin perder el tono dulce y tranquilo que le caracterizaba al hablar.

Forcé la mirada, como si por hacerlo ella voltearía a mirarme. Tomé la taza de té que ella me había servido varias horas atrás. -Como quieras, siempre ha sido así. Como tu has querido. -Tomé un sorbo de poca carga pero de largo tiempo. -Hablemos de razones; dame la razón por la que desprecias el mundo, si tanto has estado enamorada de tu Dios. -Su cara arrebató contra mi mirada y sus ojos parecían, una vez más, muertos.

-No le busques sentido a mi vida, que no lo tiene. -Dijo con una voz más firme, sin dejar de mirarme a la cara, pude notar que no me miraba a los ojos. -En el lo condené todo y ahora no me encuentro ni a mi misma. -Quebró su voz y desvió la mirada lo más lejos posible de mi. -Ustedes los ateos se encargaron de asesinar mi fe, por lo tanto, mataron a mi Dios.

-Buscarle sentido a la vida, es ya despreciarla... -Tuve que interrumpir antes de verla morir con sus propias palabras. Me sentía molesto, pero solo mirar su hermoso rostro me mantenía sonriendo. -El sentido de la existencia está en ella...

-Ustedes y sus ideas satánicas... -Interrumpiendo mis palabras.

-La realidad del potencial de la existencia, está en la vida. -Volví a atajar sus palabras. Esta vez, me terminaba mi taza de té. -El hombre está solo, es necesario que se fije nuevas metas y una nueva jerarquía de lo que "vale"... -Puesto que jamás había considerado de "valioso" al ser humano como tal, fue una jugarreta de mi subconsciente. -El hombre ignora las inmensas posibilidades de su conciencia y se encuentra impotente y vacío, siguiendo los pasos de un Dios perdido y negligente.

Ella me miró sonriente, no pude evitar sonreírme. -Me encantas cuando hablas como un ateo sabelotodo, pero odio que tus palabras acaben con la poca fe que tengo en la vida. -Sus ojos color miel se posaron sobre los míos y fue como un instante en que podría perder la cordura.

Volví a la vida luego de ese pequeño infarto de sonrisas que ella provocó. -¿Debo repetirte que no soy ateo? Comparto tu idea sobre la muerte de Dios, como decía Friedrich Nietzsche en su libro El Anticristo. -Me quedé callado unos segundos. Los suficientes como para recordar que era una fatalidad recomendar a un inocente, que perdió la fe, que leyera sobre Nietzsche. Era como pedirle que fuese a la horca por si mismo. -En otras palabras, y aunque suene como una paradoja muy singular... -Me moví rápidamente. Supe que ella había notado mi laguna mental, porque me miraba culpable, con una expresión inocente en el rostro. -El verdadero asesino de Dios no es el ateo, por el contrario, es el cristiano. -Dije en voz alta, como para llamar su atención, y lo logré.

-La gente triste es la que tiene la mejor sonrisa, como tu. -Me dijo perdida en sus asuntos, mientras miraba el brillo del té en mis labios. -Si es así como dices, no entiendo por qué adorar al hijo de Dios: Jesús Cristo. -Seguía mirando mis labios, sin expresión en su rostro.

-Cristo murió para divinizarse, y en el los hombres que lo mataron y que cada día matan de nuevo, como han matado a Dios. -Dije indignado, porque esa idea realmente me hacía sentir muy mal respecto al futuro de la vida, como existencia. -¿Puedes servirme más té, por favor?

-No tengo ganas de pararme de la cama... -Dijo acurrucándose cada vez más a mi regazo. -Me siento muy cómoda sintiendo tu cuerpo caliente. Quiero ser parte de un universo donde solo existamos los dos; tu serías mi Dios y yo sería ¿Tu todo? ¿No? -Se reía como confundida, o burlándose de mi poca subjetividad.


La miré a los ojos, besé su frente y sin pensarlo dos veces, versé: -Todas quieren ser deseadas físicamente  pero tu eres la inspiración que me hace escribir mis mejores versos y conversaciones intelectuales. -Ella me abrazó con más fuerza. Podía sentir el calor de su cuerpo y los latidos de su corazón. 

"Te quiero. Tal vez no tanto como tu a mi, tal vez te esté mintiendo, pero te juro que jamás te mentiría como cuando te juro algo." 

Aparté la mirada, esperaba su respuesta.

-Yo he leído eso en alguna parte y se que ha sido dentro de esta habitación. -Me besó.

-Siempre pienso en decirte que soy la oportunidad que cambiará tu vida, pero mi ego se quiebra entre tus labios. -Perdí la batalla. Nada es tan poderoso como uno de sus besos. -Perdón si me propasé y me puse moralejo. Pero la verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo. ¿Que mejor que estudiarte y analizarte a ti, si tu eres lo mejor que tengo de mi?.

-Tropezarse no es malo, pero encariñarte con la pierda si. -Cerró los ojos, como si estuviese cómoda  recostada sobre mi pecho.

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