En este confortable lugar, desde mi mente, se pasean tantos pensamientos, aquí como en toda la extensión de las galaxias mas recónditas de mi mente, mueren estrellas quejumbrosas por la falta de luz, dentro de este cine barato, aquí continua la histeria de un pasado cercano, fijo y que se convierte en destino, aquí es donde todo se narra desde la primera voz, con tono tétrico, flotante, lleno de colores despectivos, aquí es donde el adivino juega a predecir el futuro.
La película llega a su punto crítico, ese donde todo parece ir peor, las ilustraciones son dramáticas y desdichadas, los protagonistas encolerizados, melancólicos y separados. Justo como me lo esperaba cuando compré la entrada; la misma historia, la misma sonrisa, igual de desfigurada, los mismos actores, el mismo drama. Sin embargo admito, aunque me muera de vergüenza, que esperaba que esta vez, el más triste de los actores, quizás el espectador; ese con el que me siento identificado, ese que siempre es el primero en morir en las historias de terror, que es el alma que camina en desdén, divagando por la cornisa de los jardines prohibidos o tal vez desconocidos; terminara siendo quizás la revelación, el giro inesperado de la trama, la tensión histérica del protagonista que se esconde bajo la mesa.
La mal llamada antagonista, que vive del desdichado participe y agarrada de la espalda de un protagonista retráctil, lleno de piadosas incredulidades, inherente al sentimiento ajeno de propiedad, personificando el odio de los villanos, perdiendo la personificación del bien, por influencia del mal.
Aun queda mucho tiempo para el final de esta película, pero las películas son como la vida y yo he burlado los paradigmas de la muerte, a mí nadie me viene a contar como funciona la vida, por eso se perfectamente como es que esta desperdiciada película termina.
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